
Me considero una niña risueña, curiosa y me gusta observar a las personas. Soy sensible y percibo la energía de lo que acontece a mi alrededor.
Siento que tengo un don para conectar con el otro.
Siempre busqué fuera lo que ahora me he dado cuenta que está dentro de mí.
Soy mamá de Mateo y Darío, y siempre sentí que a pesar de lo difícil que me estaba resultando la maternidad y crianza, ellos eran mi faro y espejo.
La maternidad y la crianza me hicieron conectar con una parte de mí que me ahogó hasta sentir que no podía continuar por el camino que hasta ese momento había tomado.
Me sentía muy triste y no encontraba el origen, esa tristeza me hizo caerme hasta lo más profundo.
Desde ese lugar donde no sabes quien eres y donde el sufrimiento es diario, empecé a buscar una manera diferente de abordar mi maternidad.
En mi búsqueda por querer hacer las cosas diferentes encontré una formación en crianza consciente que cambiaría mi vida para siempre.
Esa primera toma de conciencia me hizo ir hacia un camino mucho más luminoso.

Encontré a Yvonne Laborda y en Septiembre de 2020 me lancé a cursar la primera promoción del Máster profesional en crianza consciente “dar voz al niño” . Yvonne es una mentora maravillosa con una coherencia en su trayectoria profesional que me dejó fascinada.
Conecté con una tribu increíble de personas que nos hemos acompañado en este gran camino de transformación.
Todo iniciaba con un cambio de mirada. Un viaje de autoconocimiento hacia la cima de mi interior.
Cuando pensaba que empezaba a remontar el vuelo me diagnosticaron un cáncer de mama agresivo en estado avanzado.
Me propuse seguir con las cosas que me ataban a la vida y a mi propósito, mis hijos, esta formación en crianza consciente y el acompañamiento por parte del equipo de Mysore house Madrid (sala de Asthanga Yoga ), fueron mis faros más importantes en este duro pero sanador camino.
Esta formación profesional de 18 meses fue clave para mí en mi proceso de cáncer de mama ya que me dio herramientas para atenderme cómo mi ser necesitaba. El cuerpo me estaba dando importantes señales de ello.
Emprendí un viaje de aceptación, de parar, atenderme, entenderme y quererme tal y como soy. Sentí que no podía hacer nada más que centrarme en el momento presente y confiar que todo iba a ir bien.
Y de esta manera en la que mi cuerpo me daba importantes señales, me centré en escucharme de verdad con compasión y amor.
Este proceso me ha traído tres grandes revelaciones que me ayudan a seguir remando cada día:
- SOLTAR y CONFIAR en la vida.
- Sentir que ERES y eres un ser COMPLETO.
- LA TOMA DE CONCIENCIA, como paso previo fundamental para INICIAR CUALQUIER CAMBIO.
Hoy puede ser el inicio hacia un nuevo camino.
EL PODER DEL CAMBIO ESTÁ EN TÍ. TE ACOMPAÑO